Es cierto que, el trabajador tiene 60 días hábiles (contados desde que es despedido) para demandar en tribunales. Cabe mencionar que este plazo puede suspenderse si el trabajador ha interpuesto un reclamo ante la Inspección del trabajo. Si en la Inspección del trabajo no se llega a un acuerdo, el plazo continúa, pero no olvidar que no puede transcurrir más de 90 días hábiles entre el despido y la presentación de la demanda